Así de
pronto, te convertiste en mi plan perfecto, en la sonrisa predilecta, en
el mensaje de buenos días que se moría por ser enviado a primera hora
del día, te convertiste en mis ganas de quererte, en mis ganas de
quedarme a tu lado siempre.
Mi plan perfecto, consistía en enamorarte, en construir momentos que nos
unieran tan fuerte, el plan era que te enamoraras de mi sonrisa, esa
que tu mismo provocabas, el plan consistía en ser parte de tu vida, así
sin pretexto, sin motivo pero que me necesitar en ella para sentirte
pleno, el plan era ese, ser tuya, que fueras mío.
Mi plan era enamorarte con detalles, con esos que se vuelven
inolvidables, el plan era regalarnos mil sonrisas, hacer de cada día una
bella fantasía, aprovechar las horas muertas para revivir las caricias,
planeaba amarte tanto, darte lo mejor de mí, que me adoraras tanto.
El plan contemplaba un amor perfecto, de esos que no tienen final, de
los que son eternos, el plan es que a mi lado te sintieras libre, que
entendieras que si querías podías irte, pero que prefirieras quedarte.
El plan se refería a un amor loco, de esos que se entregan con todo,
mi plan era quererte, besarte, enloquecerte, mi plan era ser el uno para
el otro.
Ese era mi plan perfecto, mi sueño predilecto y sin embargo quedo, en un fallido intento. Mis palabras no funcionaron, mis cariños no te sirvieron, todo este amor que te tenia, se fue al infierno.
Mi intento por formar parte de tu vida, se vio frustrado por la
rutina, por tu falta de interés, por la maldita monotonía, mi plan se
vio truncado cuando no fueron correspondidos los abrazos, cuando dejo de
cautivarte mi sonrisa.
Mi plan resulto ser un fiasco por no ser un plan compartido, por ser
solamente mío, por no entender que no eran míos tus pensamientos, ni
tus besos, ni tus motivos, te dio miedo la idea de tener un amor así, un
amor sincero, un amor que lo daba todo por ti. Tal vez ese miedo te motivo a alejarte de mi.
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